Santana, un personaje sin concesiones a la galería

Novelas policiacas en estado puro

Si alguien me pregunta una definición de las novelas protagonizadas por el inspector jefe Santana, le diré que son novelas policiacas en estado puro, sin adulteraciones. ¿Qué quiere decir esto? Pues, sencillamente, que son historias que, tanto en su detonante criminal como en la investigación que posteriormente llevan a cabo el Maño y su gente del Grupo de Homicidios, se ajustan a la realidad; que pueden ser hechos, los unos y los otros, que ocurran hoy mismo, o mañana, sin demasiadas diferencias a como se desarrollan e investigan en las novelas de Santana. Porque si algo he querido hacer es contar cómo es una investigación corriente, si se me acepta el término. Sin adobarla con fantasías innecesarias o recursos al alcance de los más sesudos guionistas, ya sean foráneos o autóctonos, cuando no cercanos a la ciencia ficción. Al menos hoy en día.

Santana es un currante; lo ha sido siempre, desde que entró en la Policía del antiguo régimen, en aquel extinto Cuerpo Superior de Policía, el de la Brigada Político Social, en un tiempo de forja personal y profesional con muchas noches, mucha calle y algo de mala vida por delante. Por eso, Santana es como es: tenaz, cabezón como buen maño, intuitivo y nada amigo de componendas, sobre todo las que llegan por imposiciones desde arriba, como diría cualquier madero que se precie. Y eso sí, también es celoso de su pasado, ese que le aflora al filo de la piel de vez en cuando.

José Luis García

Tiempo de entrevistas

Tus compañeros no te olvidan, en el Diario Jaén

Fuera del ámbito de Sevilla, el Diario Jaén se ha mostrado siempre receptivo a las noticias relacionadas con el trabajo literario de José Luis García, no en vano fueron sus páginas las primeras en las que este periodista jiennense dejó sus crónicas. Ejemplo de ese interés es el recorte que acompaña estas líneas, publicado con ocasión de la presentación de Tus compañeros no te olvidan, el segundo caso del inspector Santana.

Tres novelas, tres universos para Santana

El nacimiento de una saga policiaca

Cuando el taller ya bate la tinta con la que imprimir el cuarto caso del inspector jefe Santana, nuestro Maño, conviene hacer un ligero ejercicio de memoria sobre lo que fueron sus tres historias anteriores, ahora reeditadas como núcleo generador del universo de Santana, en la que ya es de por sí una saga policiaca con escasos antecedentes en la literatura nacional y sin ninguno en la literatura hecha de Despeñaperros hacia abajo.

Como no se trata de hacer valoraciones, sino de refrescar el color con el que se compusieron aquellas tres primeras historias, suficiente será con remitirse a la breve sinopsis de cada una de ellas, ésas líneas que no siempre pueden ser muy precisas, pues no se olvide que una novela policiaca también tiene mucho de misterio.

La casa número 5

Creían estar solos, pero era una ilusión. Junto a ellos, oculta en la casa, dormía la realidad horrenda de un cadáver emparedado que aguardaba el momento adecuado para desvelar sus más íntimos secretos. Santana, el inspector jefe del Grupo de Homicidios de Sevilla, tendrá que poner en marcha todos sus recursos, su intuición y la obstinación de su singular carácter para tratar de desvelar un misterio lleno de aristas, en el que las historias de sus protagonistas se entrelazarán sin atender a tiempos ni a personas.

Tus compañeros no te olvidan

Un cadáver dentro de un coche calcinado y el asesinato de un mendigo llevan al inspector jefe Santana a enfrentarse a un nuevo caso criminal, en el que los propios fantasmas personales del jefe de Homicidios de Sevilla son parte crucial de una trama en la que se dan cita el honor y la lealtad, pero también la mentira, la traición y la muerte.

Autopsia

Las extrañas circunstancias que rodean la muerte de un médico forense, cuyo cadáver aparece en el foso de la antigua Fábrica de Tabacos, obligan al inspector jefe Santana a poner en marcha una investigación que lo llevará, junto con sus compañeros del Grupo de Homicidios de Sevilla, a desentrañar una enrevesada madeja de acontecimientos, personajes y relaciones tras las que se ocultan secretos inconfesables y ambiciones desmedidas.

Tiempo de entrevistas

La casa número 5, en ABC de Sevilla

La presentación de La casa número 5, o lo que es lo mismo, el primer caso del inspector Santana, acarreó diversas incursiones en los medios de comunicación sevillanos, entre ellos ABC de Sevilla, que se ocupó ampliamente del nacimiento del Maño y de algunos de sus entresijos. Pilar García, compañera de Redacción por aquel entonces, firmó la primera entrevista sobre el singular policía.

Santana y su primer caso, en la Prensa

Una mirada atrás para seguir adelante

El nacimiento del inspector Santana y su primer caso tuvieron un amplio eco en los medios informativos locales y en otros de ámbito mucho más amplio. Fue el caso de la agencia de noticias Efe, que presentó así al autor y a su recién creado personaje:

El día en que nació Santana

12 de noviembre de 2007

Era pleno mes de noviembre de 2007. Para ser más exactos, el día 12. Aquella tarde, a la que corresponde la imagen, más de doscientas personas asistieron al nacimiento literario del inspector jefe Santana. Lo envolvían las páginas de La casa número 5, la primera novela de la que ya se ha convertido en una saga que tiene al Maño por protagonista. Y lo acogía la sede de la Fundación Cruzcampo, con su presidente, Julio Cuesta, a la cabeza. La presentación, que tuvo un amplio eco mediático, corrió a cargo del abogado Luis Miguel Martín Rubio, exconcejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, que no pudo ocultar la amistad que le une con el autor de la saga, de quien dijo que su novela condensaba las tres pasiones de José Luis García: el periodismo, su amplio conocimiento del funcionamiento de los cuerpos de seguridad y la propia ciudad de Sevilla.

Siete años después, también un mes de noviembre, La casa número 5 ha conocido su reedición.

Pero esa ya es otra historia.

La génesis de un policía singular

De cómo el inspector Santana nació, llegó y se quedó

En el otoño de 2007 nacía para la literatura policiaca el personaje del inspector jefe Santana, más conocido entre los suyos por el apodo de el Maño, en honor a su ascendencia aragonesa y como certificación del singular temperamento que le había granjeado el respeto de cuantos le conocían de cerca.

El personaje, jefe del Grupo de Homicidios de la Policía en Sevilla, nació, como muchos otros, de una manera inesperada y por sorpresa. Iba a ser uno más del elenco implicado en el extraño caso que daba cuerpo a La casa número 5, mi primera novela, en la que una joven pareja se encuentra con la sorpresa de que en la casa que acaban de rehabilitar en pleno barrio sevillano de San Julián permanece oculto el cadáver momificado de un hombre de oscuro y turbulento pasado.

El caso le tocó a un policía tozudo e intuitivo, rescoldo de lo que aún hoy son algunos pocos que han llevado sobre sus espaldas la transición desde el extinto Cuerpo Superior de Policía, aquel de la Brigada Político Social, a la Policía moderna de hoy en día.

Santana estaba en medio y tal vez por eso mismo, por ser el ejemplo vivo de una época casi extinguida, su perfil no tardó en crecer apenas apareció en la novela junto con su fiel equipo de colaboradores. Y creció tanto que acabó haciéndose primero con el libro y luego con una vida propia que ha acabado acuñada no en una ni en dos novelas; ni en tres (La casa número 5, Tus compañeros no te olvidan y Autopsia), aunque pensé que eran suficientes, sino en una insólita saga sin horizonte temporal a la que el próximo día 9 de marzo se sumará una cuarta historia, y en otoño de este 2015 una quinta.

En términos cinematográficos, ya que muchos de mis agradecidos lectores ven en los casos de Santana tintes propios de celuloide, el Maño pasó de ser un figurante, a hacerse con el papel de galán protagonista.

Y en ello sigue.

José Luis García